—¿Vas a extrañar tus viejas oficinas?— Me preguntaron. —No, ya cumplieron su propósito— le respondí.
Después de haber estado en 4 oficinas los primeros tres años de emprendimiento, salí a buscar otras porque no cabíamos otra vez. Ahora con la visión de encontrar unas que me duraran al menos 10 años. Me acuerdo que ya habíamos escogido unas en la Guadalupe que hasta el dueño nos había dado permiso de hacer una comida ahí con todo mi equipo antes de movernos para que la conocieran y se imaginaran cómo sería su espacio, a la hora de la hora el dueño prefirió no rentarlas.
Por fin encontramos las que hasta ahora todos conocen, han sido el hogar de tantas personas (ahora socios) que descubrieron su vocación, empresarios que encontraron un espacio para ser escuchados y creyeran en su visión. Siempre nos preguntaban quien las había decorado: nadie, solo cada año pensaba en cómo irlas haciendo más bonitas, que olieran agradable, que se escuchara música de jazz y se tomara buen café… Entrar por los sentidos y las recordaran, en aquel entonces había leído un artículo de SISOMO (Sight, Sound and Motion).
Este año cumplimos los diez años en ellas, cumplieron su propósito, ¿las voy a extrañar? No, estás oficinas no hubieran creado nuestra identidad sin mi equipo y ese aquí lo llevo conmigo.
Estoy agradecido con ellas.
Diviértete!

Poncho Mendoza