Hacía unos meses había notado un comportamiento incómodo dentro de una organización, aquel comportamiento pude observarlo, pero noté que al parecer solo a mí me parecía preocupante. Como desconozco del tema, pensé que tal vez era yo quien no entendía dichas acciones y entonces calle, no cuestione, no opine, no actúe.
Lo que nos incomoda y decidimos aceptarlo sin actuar, lo normalizamos; lo volvemos parte de lo aparentemente normal y común y entonces ahí aquello que hacemos de vista ciega se multiplica llegando a otros y en ocasiones volviéndose ahora si un problema, en una incomodidad mayor y observable para otros.
Si no actúas con lo que te parece incómodo o incorrecto, lo normalizas y en ese instante se comienza a multiplicar.
Piensa antes de decidir no intervenir. ¿Eso que te incomoda si se multiplica sería un problema? Si la respuesta es sí, haz algo de inmediato.
Las organizaciones pierden personas valiosas, a veces por no actuar frente a simples comportamientos inadecuados que después se convierten en problemas humanos. Es una cualidad del liderazgo identificar cuando alguien necesita ayuda, incluso si esa ayuda se trata de poner límites.
Mi propósito es despertar ideas, a ti te toca que no se queden solo en ideas.
Eva Saiz
