Diego tiene rotas todas las pijamas de las rodillas, desde que aprendió a barrerse en el fútbol no hace otra cosa más que estar haciéndolo en la casa, todo el día a todas horas para lo que sea. Su mamá reniega mucho porque no le duran, también reniega si ya está bañado y cambiado para salir y se pone a barrerse haciendo tiempo.
Me quedé observando a Diego mientras se barría y calculé que diario debe de hacerlo unas 100 veces cuando menos entre la casa y la escuela.
El otro día fui a verlo a un partido, estaba de medio corriendo por toda la cancha, sabe bajar a defensa cuando es necesario.
En eso claramente se ve que el equipo contrario entra a la zona para meter gol y me quede hipnotizado viéndolo en cámara lenta como Diego se barría suave, limpio, bonito quitando la pelota sin cometer falta, se levanta como flotando, natural, sin esfuerzo, sin darle mucha importancia, como si lo hubiera hecho mil veces y se lleva la pelota a la siguiente jugada.
Pues que siga rompiendo pijamas.