Terminé mi primer temporada completa en un equipo de Softbol, entré en la mitad de la temporada pasada, perdimos pero yo gané.

Soy muy bueno para correr, aceptable para batear y pésimo para cachar. Esta temporada los primeros cinco juegos solo me metían a correr por alguien lesionado o en caso de que no se completara el equipo pero cuando llegaba el compañero ya me sacaban. El equipo ya se había dado cuenta la media temporada pasada de mi horrible habilidad para cachar.

Después de uno de estos partidos que no jugué, regresando a casa iba pensando que la siguiente semana ya no iba a venir, que caso tenía, pensando como víctima que pues no había sido aceptado en el equipo.

Luego pensé en Diego (7) y Natalia (3) cuando me preguntaran porque me salí del equipo ¿qué les iba a decir? ¿Porque no me metían a jugar? No ni madres dije, quién soy yo para ser aceptado en un equipo que tiene años jugando, tengo que ganarme mi lugar.

Llegué al siguiente partido e hice lo que nunca había hecho: hablar, le pedí a quien hace el roster que me metiera algunas entradas con el argumento de que si no juego menos voy a mejorar. Me metieron, pero ese que metieron ya no era el de los demás juegos, era otro poncho, llevaba la mentalidad de hacer todo lo que físicamente estuviera a mi alcance. Ese partido tuve la oportunidad de batear tres veces, las tres me envasé e impulse carrera y afortunadamente no me pasó cerca ninguna pelota para cachar jajaja. Me divertí. Los siguientes juegos los jugué todos, ganamos algunos perdimos otros pero lo mejor es que me sentía parte del equipo.

UN-DOS-TRES BACACHEROS !!!!

Diviértete !