Hace algunos años andaba en moto como hobby los domingos, conocía personas y lugares del estado que jamás conocería de otra manera, además de que comía rico. De los mejores que recuerdo estaba en Los Naranjos, Badiraguato.
Notaba mucho que en la moto los sentidos se agudizan, el olor del camino y los cambios de microclima los sientes inmediato cosa que cuando vas en el carro es menos perceptible.
Un domingo que iba hacia el punto de reunión del grupo al sur de la ciudad, mientras cruzaba sobre el puente que te lleva a la carretera sentí muchas ganas de gritar. Lo hice con todas mis fuerzas hasta que se me acabó el aire.
Sentí una sensación de alivio en todo mi cuerpo, me orillé sorprendido conmigo y con el cuerpo relajado decidí regresarme a descansar a casa.
Fue la última rodada que hice, Diego venia en camino y pensé que sería mejor dejar este hobby cuando fuera mas grande.
Acabo de aprender hace días que el estrés no se controla, se regula.
Diviértete.