Es increíble como una idea con mucho deseo y pasión, otra transformar el entorno completo. Es el tema que quiero compartirte hoy y antes te cuento una anécdota.
Hace una semana Leonardo me pidió un juguete que vio llamado “tronadora”, desconocía el juguete. Cuando me explicó como era le dije que lo podíamos buscar después, pero con su deseo se puso a investigar en Amazon y al no encontrarlo leyó que lo vendían mercados de la Ciudad de México, así que se acercó muy serio a pedirme que le comprara un boleto de avión para ir allá a comprar el juguete. Me reí un poco por su entusiasmo y por supuesto traté de ponerle orden al tema. Por la tarde ví cómo se había puesto a hacer sus propias tronadoras con tapa roscas de refrescos pegadas a un cordón. Me expuso sus creaciones y finalizó diciéndome que como no las vendían fácilmente, él podía venderlas, así que me pidió ir a Liverpool para que sus tronadoras las vendieran ahí y así otros niños podrían tenerlas también, su motivo le dio mayor significado a su persistencia.
Cuando una idea toma control de nuestros impulsos, el deseo de hacerla realidad es tan grande que no tenemos barreras para cumplirlo, nos ponemos en modo inventivo, negociante y resiliente. ¿Qué lograríamos si con ese mismo entusiasmo nos apegáramos a los más grandes deseos de impacto positivo? Aquellos que no traten solo de ganar, sino que traten de cambiar el mundo todos los días.
Compárteme ¿Qué estás haciendo por provocar movimiento positivo?

Mi propósito es despertar ideas
Eva Saiz