El 2019 fue increíble, en octubre, a mi regreso de Wharton supe que voy a ser papá otra vez. Ya sabrás lo contento que me puse y Diego nos sorprendió con su reacción, hasta ahora no deja de hablar de que va a ser el hermano mayor.
Tratamos de ser muy prudentes con la noticia y esperar que el médico nos permitiera darla. Días antes de navidad, la compartimos a la familia, recibimos llamadas y mensajes de felicitación por supuesto. Una de esas llamadas la hizo mi tío Jorge que quiero mucho y me pregunta: “—¿qué te falta cabrón? Tienes salud tú y tu familia, mucho trabajo, unos buenos socios, vas a las universidades que siempre habías soñado, amigos, la familia crece, dime ¿qué te falta?”. Agradecí la llamada y cuando colgué esa pregunta me dejó pensando, porque puedo estar agradecido con todo eso más nunca conforme.
Navidad la pasamos en Guadalajara con mi hermana, fueron mis papás, todas mis hermanas y cuñados, hasta mi suegra se fue con nosotros. El 25 mientras estaba sentado en la sala, veía a todos juntos, yo me seguía haciendo la pregunta que me hizo mi tío. Ahí me llegó la respuesta de golpe, fue como un despertar, me empecé a reír solo sintiendo algo en la garganta, como cuando tienes ganas de llorar feliz y te las estas aguantando, ya sé que me hacía falta ese 25 de diciembre de 2019: detener el tiempo.
Diviértete
Poncho Mendoza